Monica Gameros.








AJENA, Aquelarre editoras, México 2018


XIV

A pedazos, el tiempo cae sobre mis dedos.
Lento, se derrumba.
Queda en el fondo de mi melancolía.

XV

A veces el hueco se hace abismo y lo contiene un vaso,
me ahogo, me pierdo,
me sostengo de lo que sea,
de quien sea.

A veces el hueco es una puerta
contenida en un vaso
y me asfixio.

A veces, a punto del ahogo,
abro la puerta y piso la orilla,
el abismo deslumbra, el silencio
lo llena todo,
entonces respiro.

HOLLY POETRY

For Howly Allen

Benditos los junkys que se saben y se huelen y se sientan a contemplar la eternidad en la punta de un papel bañado en ácido.
Benditas las putas que se saben se huelen se sienten y se saben dueñas de su celo, de su lujuria, de su cuerpo.
Benditas las diosas que sacian la febrilidad de los abandonados.
Benditas las drogas que suplen el veneno de la basura a la que llamamos comida, bendita la ansiedad que suple los pedazos de carne, asesinados, sólo para saciar la depravación de los depredadores.
Benditos los que marginados, se alejan de la miseria de los que se visten con papeles de colores a los que llaman dinero y dioses y poder.
Bendita la protesta, la lengua que se alebresta, que se suelta, que se presta al vuelo sobre el éxtasis de un sueño al que llamamos libertad.
Bendita la lujuria, la promiscuidad de los cuerpos ahogados en alcohol.
Benditos mis ojos etéreos como la marihuana, ardientes como un arpón.
Bendita la perdición de la honesta forma de ser, de vivirse, de habitarse cada día, a pesar de todo, de todos, de los dioses que prohíben, de los demonios que carcomen, de la sociedad que reprime y aplasta a cualquiera que se diga libre.
Bendita yo, bendito tú, entregados hasta saciarnos, hasta devorarnos, hasta no dejar nada sino la sed de volver a sernos.
Benditos los lobos que aúllan para ahuyentar a los cobardes.
Benditas las luces de media noche entre callejones, entre colchones apestosos, entre vasos de licor medio vacíos, eternos, jamás serán vacío, sólo una oportunidad para seguir soñando.
Bendito mi cuerpo, bendita tu verga, bendita mi lengua, bendito todo lo que llaman pecado.
Benditos todos los que huyen de la indiferencia, benditos los apáticos, sin ellos no habría banquete, ni diversión, ni lujuria, ni razón alguna para seguir existiendo.
Benditas las mujeres que me miran de reojo, por encima de su hombro bien cubierto, lleno de prejuicios que me separan de ellas y su hueca forma de decirse mujeres.
Bendito mi vientre vacío.
Bendita mi vagina depredadora.
Bendito el semen que me trajo, bendito el óvulo que me dio vida, bendita la realidad que me escupe todos los días que no soy nada, que no soy nadie, que no importa ni una sola de mis palabras, al borde el abismo, donde pretendo saltar y caer libre sobre los peñascos.
Bendito el sol que reverdece.
Bendita la lluvia que moja, que me pone en estado líquido, me desborda en tardes grises en las que no dejo de llorar.
Bendito el hombre que amo y sus locuras.
Bendita yo, siempre al borde, siempre dudosa entre salvarme del mundo o saltar para salvarlo de mí.
Bendita la ansiedad que llevo en el pecho, esa que me incendia y me lanza a las calles en busca de algo que se parezca a la lujuria.
Bendita la tierra que me vio nacer, que me ve cada día vomitando sobre los zapatos lustrosos, sobre los dueños del dinero.
Benditas mis locuras, mis pesadillas, mis sueños, mis fantasías...
Bendita la utopía.



MATRIA, Cascada de Palabras, cartonera México 2017


[MATRIA]

I

Todavía recuerdo el alivio que sentí al ver el sufrimiento de los pueblos que morían bajo el fuego del dinero; agradecí vivir donde vivo,  respirar paz, calma, entereza.
Qué engañada, qué ilusa.

Todavía recuerdo mi extrañeza cuando me percate del inició de mi vida al borde del ataque de halcones, de buitres, de caníbales. 
Que ingenua, que tristeza.

Recuerdo mi agradecimiento por ser mestiza, urbana, cosmopolita.
La felicidad que sentí después de 10 años dedicados a sacar al dinosaurio,
la triste frustración de su regreso.

La decepción habita mi pecho,
el veneno de la sumisión me resulta otro eslabón de la cadena con la que te mantienes, 
apenas, vivo.

Todavía sueño con clavar el hacha en su yugular y chapotear en su muerte líquida.
Todavía, me llaman ilusa, ingenua, idealista,
Todavía, todavía...




II

PATRIA digo padre y solo veo sangre.
Nuestro mayor pecado fue abandonar a nuestra madre,
fue descuartizarla para sacar provecho,
fue matarla para ser iguales, pero
sólo unos cuantos,
porque la igualdad es privilegio.

Desde entonces,
padecemos nuestra locura.

Nuestra neurosis, nos sentencia...

Madre tierra, vuelvo a ti.
Padre, no hay perdón.



III

Madre mírame bien.
Soy la raíz que arrancan de ti, la flor que canta libertad.
Madre mírame otra vez.
Me arrancan de ti, 
me llevan al desierto del silencio, 
pero mi voz no calla, 
mi voz es semilla.

Matria mírame bien. 
Soy tu voz, tu tierra, tu sangre.

Me arrancan, me cortan, me incendian y mi voz vuelta ceniza, 
se eleva sobre brisa, se aleja sobre olas.

Matria mírame bien. 
Soy la hija desaparecida por los genocidas.
Soy la yerba mala arrancada, 
echada al desierto, 
flor roja en medio de la nada.

Madre, soy la mujer que muere en manos del feminicida,
soy la niña que muere asfixiada por su violador.

Matria mírame, tócame, antes de que el estallido me silencie;
aullaré con toda la rabia que me queda.






POESÍA GALLA Cascada de Palabras, cartonera México 2016

V

Escribo desde un sueño perpetuo, de lo contrario, sería estática barca de estrellas apagadas.
Floto sí & sigo a la caza de la turbulencia, en medio de la nada.

Me gusta la negritud del vacío
& escribo para libar en silencio el caos mientras suspiro; 
escribo desde que el silencio se me trepó para nunca abandonarme,
– Ni muerta,- dijo y yo le creí…

Silencio y tiempo, una puerta se abre.
Me ahogaba y escribía por una cercanía que no requiere nada sino ser. 
Letra a letra, el monólogo y el sinsentido…
… Escribo, porque soy vacío.
IX
Jugando a ser flores de la noche
me enarbolo, me expando.
Crujo y conecto al cielo con las raíces de mi cuerpo,
el fuego de mi vientre es la neblina.
XII

Escuchar el siseo del cielo.
Un suspiro efímero.
Llega de muy lejos. Se levanta,
cual tsunami, toca el suelo.
Se va. Vuelve.
Humedece mi tedio.

Melancolía,
la Eternidad se apaga.

Qué sabes de la desolación.
Qué impulsa mi desidia.
Qué hago ahora que no tengo opción.

Suspiro del cielo, me llueve, me lluevo,
digo tu nombre,  caigo.
Nadie, nada,
detiene mi caída.







LUST POETRY, Libro inedito
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BIO
Monica Gameros, México Periodista, escritora, poeta y editora. Dirige Cascada de Palabras, cartonera editorial independiente. Ha sido publicada en Latinoamérica y Europa. Traducida al Polaco, Inglés, Francés y portugués. Autora de 17 libros de poesía y cuento. Puede seguirle en https://monicagamerosblog.wordpress.com/

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