André Cruchaga






PRETÉRITO VOLUNTARIOSO
Apenas el balbuceo resbaladizo en la saliva. El hipo obstinado de de bocas ciegas. Ahora comprendo los silencios en la piel de cartón de los días circulares: trepo al tejado del laberinto, es interminable aquella noche de gritos agazapados, anticipadas las exudaciones a dos voces, como la fuga casi apagada del tiempo. (Siempre fue cierto el sombrero del patíbulo y las fotografías colgando del paraguas y el pañuelo con un vientecillo de fatalidad en los ojos. Había una música arremolinada en los poros junto al horizonte inédito de la urgencia.)
Todo era ojear en el petate sucio del polvo. Era inercia cada roce, cada escena escuchando las gotas de mar blanco caer sobre el tiempo. Caer interrumpidamente en medio del sendero.
Frente a mí, el dorso de las palabras confusas. Y esas ganas de caminar de lado a lado de la ventana, de la posta o la trinchera.
Después, la continuidad de los trenes y la manzana boscosa vaciada en el aspa de mi tórax. Después las distancias enrarecidas, con su pecera de lentos ahorcamientos.
Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga


LECCIÓN DE VIDA
En esta fiebre de torbellinos, nadie sabe hacia dónde van los cuerpos ciegos de las parábolas, ni qué fosforescencia hace visible la sed que aprieta los costados. Uno cubre la sangre acumulada en las rodillas, pero siempre gotea, sorda, la campana del silencio. Gime el viento en medio de tanto cráneo vacío, —vos lo sabés cuando ya hemos pasado tantas tormentas y nunca ha desaparecido el hedor de la miseria.
(No sé si haya algo que todavía importe, cuando lecho y corazón no existen. Duerme entre nosotros la congoja y la sombra de óxido arrullando la salmuera de la desesperación. Al límite esta cadena petrificada de la llaga. Y las oraciones fingidas en medio del murmullo de las velas.)
Entre tantas proclamas en desuso, no deja de ser mortal el infinito que trota entre piel y mausoleos.
Lo cierto es que somos almas transitorias con esas promiscuidades adictivas y extrañas del bien público. Después, seres desahuciados por la oferta y la demanda.
Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga


ÉXODO
Rasgo la sed mientras grazna la tormenta: en cada horcón que sostiene el aliento, las palabras y sus ansias de granito. El ojo resquebrajado de los absurdos de esta época, las noches de hielo que nunca reverdecen, o los emporios que nos persiguen con voracidad incesante. Avanzo entre ojeras de espinas y las venas abiertas de las fronteras: ¿Qué clase de delito fluye en las bocas? ¿Qué dientes no consumen la zarza de lo funesto? —Ahora hay sombras inconsolables y ensombrecidas por las depredaciones y matorrales que horadan la carne. Es terrible el horizonte: en él crecen eternidades de bisturí.
Cada quien corre o avanza entre geografías destripadas. Aterran los ríos oscuros del atraco y la desnudez pálida que flagela las entrañas.
También se amortajan las puertas y ventanas en su ambigüedad de grifo o augurio. Y aunque la noche desmiente la zozobra, la luz derrama el olor de la ceniza insepulta.
Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga
©Pintura de Chris Veeneman


MISERIAS
…sobre espinas de nube y quejas de universo.
Juan Larrea
En la queja, el aforismo del verde de la fruta frente al amarillo del reloj: una espina tras otra, goza del árbol de las entrañas. Una destrucción tras otra sopla en los espejos. Nunca acaba este plural juego del tizne, ni tiene límites en la sed del cuerpo. El universo nos colma de sombras invertebradas y de mandíbulas con ojos de escalofrío. (Ignoro si entre espina y nube, dejan de existir las jaulas, las estaciones marginales del orégano, los pedazos de ojos en la avalancha de las semanas.)
—Han transcurrido tantas palabras y miserias que ya he perdido la cuenta. Ahora me ahogo en la clandestinidad de las semejanzas. Y busco renacer en medio de los vivos.
—Antes de perennizar tanta indigencia, déjame con nadie en medio de lo sórdido, en la primera fila del vacío.
Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga



CRISTAL INCONSCIENTE
Camino sobre las jarcias del invierno desprovisto de zapatos. En medio de la gente las bocanadas de remotos cántaros, la neblina que a ratos parece un chingaste de nubes amarillas. Camino y es la herencia del río incesante, aunque no sean las mismas aguas con sus brazos salados. (A veces es leve la palabra luciérnaga entre tanta obscenidad. O sordo el eco de los ojos en la fisonomía del eco. O vidente el relámpago reflejado en el espejo. O media luz rozando la piel convulsa de la vigilia.)
Siempre son extrañas las calles o las paredes o los tapiales que sangran su herencia. Las paredes que no responden, las puertas profundamente ciegas de los cementerios, la ceniza temblorosa de las ventanas.
Cada sombra reza sus puchitos de sal: los espacios degollados por la espesura, los bejucos imponderables del aliento.
(Siempre nos toca abrir el infinito con llaves de humo. Y tocar las semanas sin nadie y morder el cactus que atraviesa la garganta.)
Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga


CLARIDAD DE LA NOCHE
Nunca volví a ver el azúcar de piel de tu cuerpo, ni la flecha quemada del mediodía, ni la saliva desbaratada susurrando al oído. Nunca los perros inclementes olfateando la ropa en el patio de la casa, nunca el delantal de dolor mordido por los trajines del invierno. (Olvido que la guerra se llevó nuestras alegrías y que desde entonces, el luto atraviesa el padrenuestro; olvido la rosa inexorable de tus ojos, pero no el pecho con aroma a tierra mojada, pero no el vacío que calla como un cuchillo.)
Ante cada disparo se hicieron oscuros los brazos. Oscuros los pies y las ventanas, oscura la sangre en los ijares. Supongo que entonces las llaves tenían olor a armónica y que la ropa sobraba en los ojos.
Todo nos cambió de golpe. Perdimos los relojes y el hambre. Perdimos la fruta roja del rocío.
—Ahora deambulas por las calles de Des Moines, o Cedar Rapids con un silencio de granito; yo, sigo rompiéndome los ojos en los trenes…
Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga


PETITORIO DE LA ESCARCHA
Quédate en la muerte de mi risa, en la lagartija afónica de mis noches, o en ese dibujo de caricatura que muerde benéficamente mis sienes. Quédate en las estrías más gruesas del ansia, como una cierva aromada de extrañezas. A fin de cuentas, triturado el paladar, no habrá mayores sobresaltos en la boca, ni más aluviones a este tiempo de terror que nos sucede.
Ofréceme el recuerdo para enjugar el dolor: la memoria es un cadáver doloroso en los párpados. Sé luz quieta en la rapiña de las mortajas, o un tsunami de encajes inmóviles. Sé paciente con la brasa que propicia cántaros de ascua e inagotables chasquidos.
Lame conmigo los espumarajos que brotan del arpón vertical de los cementerios. Sólo quédate curvada y dúctil, tan familiar como los golpes perpetuos del verdugo.
Disuélveme en medio del tintineo de una tormenta de caracoles.
Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga


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Tiene una licenciatura en Ciencias de la Educación, además de profesor de humanidades. Ha desempeñado la función de docente director de Educación Básica ; se dedica a escribir poesía desde los catorce años. 
           Ha participado en diferentes certámenes nacionales y eventos literarios y publicado doce libros, entre los que destacan: 
Libros : Alegoría de la palabra. Impresos Roqui, San Salvador, El Salvador, 1992 ; Fantasía del agua. Impresos Roqui, San Salvador, El Salvador, 1992 ; Fuego de la intimidad. Impresos Roqui, San Salvador, El Salvador, 1993 ; Espejo del invierno. 1ª edición Suplemento Cultural 3 Mil de Diario Latino, El Salvador, 1993 ; Memoria de Marylhurts. Interface Network, Oregon, USA, 1993 ; Visión de la muerte. 1ª. Edición, Suplemento Cultural 3 Mil, Diario Latino, 1994 ; 2ª edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1994 ; Antigua soledad. 1ª. Edición, revista Cultura del Ministerio de Educación [abril-junio de 1994] El Salvador ; Insomnio divagante. 1ª. Edición revista Presencia del Centro de Investigaciones Tecnológicas y Científicas[ año III, No, 12, 1991] ; Viento. 1ª. Edición, Suplemento Cultural 3 Mil, Diario Latino, El Salvador, 1995 ;Césped sobre el fuego. 1ª. Edición, Suplemento Cultural 3000 Mil, Diario Latino, El Salvador, 1995 ;Fugitiva luz de los espejos. 1ª, edición, Suplemento Cultural 3 Mil, Diario Latino, El Salvador, 1995 ;Fantasía del bosque. 1ª. Edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1996 ;Enigma del tiempo. 1ª. Edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1996 ;Roja vigilia. 1ª. Edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1997 ;Querencia del follaje. 1ª. Edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1998 ; Rumor de pájaros. 1ª. Edición, Editorial Clásicos Roxsil, Santa Tecla, El Salvador, 2002. 
Antologías: Novísima poesía salvadoreña. Revista Presencia, año III, No.12, 1991 ; Poesía a mano. 1ª. Edición, Editorial Universitaria, Universidad de El Salvador, 1997 ; 100 escritores salvadoreños. 1ª. Edición, Editorial Clásicos Roxsil, El Salvador, 1997 ; Antología de una década. 1ª, edición, Casa de la Cultura de Zacatecoluca, CONCULTURA, El Salvador, 1998 ; Barraza Arriola, Marco Antonio. Lecturas literarias [Antología sobre la naturaleza, persona, historia y deidades en la literatura universal y salvadoreña] 1ª. Edición, Editorial Clásicos Roxsil, El Salvador, 2001 ; Antología de la poesía ispanoamericana.[Compiladora:  Blanca Mateos ]  www.palabravirtual.com México, 2003.  Y biblioteca de voces del mismo portal ; Publica mensualmente, desde el año 2003, en la revista electrónica: El Libro de los poetas, de Islas canarias, España:http://es.geocities.com/ciberseniors/poesia.html Y, también en el sitio personal del poeta español  Sergio Borao Llop , (Zaragoza) en la siguiente dirección: www.aragonesasi.com/sergio/index.htm ; Barraza Arriola, Marco Antonio y Rosa Victoria Serrano de López. Literatura, Lengua y Expresión. 1ª. Edición, Editorial Clásicos Roxsil, La Libertad, El Salvador, 2004.338p ; Antología “Paseo en verso”, Editorial Pasos en la Azotea, Querétaro, México, marzo de 2005 ; Canto a un prisionero. (Homenaje a los presos políticos en Turquía. Editorial Poetas Antiimperialistas de América, Ottawa, 2005. ISBN 1-894879-10-4 ; Revista Literaria baquiana. Anuario V, 2003-2004, Miami, Florida, USA, 2004.
Otras presencias en la Red: Dirige www.elgatoconbotas.com.sv y hay textos suyos en  www.lacasadeasterion.homestead.com  y  en www.eldigoras.com, sitios llevados, respectivamente,  por Guillermo Ortega (de la Universidad del Atlántico, Barranquilla, Colombia) y  por poeta Francisco Javier Cubero. 

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